Ir al contenido principal

Me gusta


Suelo sentir que estas impregnado a lo largo de mi día, que mi conexión con Jesús a través de la oración es tenerte al mismo tiempo presente en cada paso que doy, en cada palpitar de mi corazón, en cada respiración, por lo tanto nuestras conversaciones han migrado a esa oración que Dios ha querido suscitar en mi, impresa en cada acto, creo que por ello se han disminuido tanto las cartas al cielo. Sin embargo sentí hoy la necesidad explícita de escribir una de nuevo.

El día de ayer fue bastante especial, fue un día en el que pude cerrar mis ojos del alma, inhalar profundo y respirar paz y tranquilidad, respirar gratitud, respirar amor, respirar a Dios en mi interior y todo comenzó antes de salir, con mi oración temprano, como acostumbro.

Hablando con Jesús, salía en la primera lectura de la segunda carta a los Corintios 1, 1-7:
"Bendito sea Dios que nos reconforta en todas nuestras tribulaciones, para que nosotros podamos dar a los que sufren el mismo consuelo que recibimos de Dios. Porque así como participamos abundantemente de los sufrimientos de Cristo, también por medio de Cristo abunda nuestro consuelo".
Ya he leído en varias ocasiones este pasaje bíblico, pero ayer hizo mella en mi de una forma distinta, y es que redacta justo eso que mi alma siente, de lo cual tal vez no he sido 100% consciente. Pasé por una situación muy difícil que fue tu partida, lo cual causó un dolor y una herida muy grande en mi alma, sin embargo, pese a ello, no puedo quejarme en decir que no he sentido a lo largo de mi proceso el amor de Dios en mi vida, no puedo decir que no he sentido como me toma de la mano para seguir adelante, no puedo decir que me he sentido sola porque su presencia está latente en mi vida, como te he dicho en cartas anteriores, es cuando conocí verdaderamente cómo es que el Señor sostiene, hacer viva la frase "donde mis fuerzas terminan empiezan las de el" "no he sido yo, todo es gracia de él" "no soy yo, es Cristo quien vive en mí" y entre otras tantas que hoy logro comprender con el corazón. Lo que me hizo caer en cuenta de aquello de lo cual hablo mucho, que la cruz es camino, es amor y es recompensa, hoy puedo decir que abrazar la cruz, estar dispuesto a afrontarla, a cargarla, es al mismo tiempo esperar el consuelo de parte de Jesús, y no hablando de un consuelo humano, de un "tranquilo, todo estará, bien, ánimo, saldrás adelante, confía" no! es un consuelo tan inefable, tan indescriptible, es un consuelo que sana, es un consuelo que invade de gozo, de paz y plenitud el alma, es un consuelo que me hace sentir tan amada por Dios, que es un consuelo que no tiene precio y nada se le compara, porque mirar atrás y ver el dolor, es al mismo tiempo ver la mano del Señor tomando la mía para caminar, para levantarme y seguir.

Luego en la misma oración, el Evangelio traía a colación las Bienaventuranzas en Mateo 5, 1-12, en un resumen:
"Felices los que tienen alma de pobres, los afligidos, los que lloran porque recibirán consuelo, los pacientes, los justos, los misericordiosos, los de corazón puro, los que trabajan por la paz, los que son perseguidos, insultados, calumniados por mi... Alégrense y regocíjense todos ustedes".
Y es entonces una vez más Jesús ratificándome su amor, es como si me dijera "mi pequeña amada, yo sé que vas a llorar, yo sé que te va a doler muchísimo, yo eso lo se, pero también se que no te faltará mi consuelo y ello hará que valga la pena tu dolor, ello recompensará tus lágrimas y sufrimientos, porque me sentirás a tu lado mas latente, más vivo que nunca".

Y como el Señor no sabe medirse en generosidad, me regaló todo un día maravilloso, fuimos a visitar a Nata, a Eder y a conocer a Amelia a la finca, y esa oración de la mañana, eso que había sido toda una carta de amor de Jesús a mi corazón, el que es todo un romántico, la unió a un día en familia, a una inmensidad y belleza indescriptible en un paisaje, la unió al toque de una guitarra y al cantar de Ederson, la unió a unas sonrisas y balbuceos bellísimos de mi queridita sobrina Amelia, la unió a unos gritos y risas de mi Agustina disfrutando con sus bichitos, la unió a un cuadro de pureza que mis ojos enmarcaron al ver a Nata amamantar, en fin, la unió a tantas cosas!! todo tan reconfortante, tan sanador, tan envolvente, tan refugio.

La canción que Eder cantó ayer, lo mas bonito es que ya la habíamos escuchado amor, fue cuando nos vimos la película Encanto, la primer película que compartimos en cine con nuestra princesa, pero nunca le había prestado detallada atención a la letra y ayer en esa tarde de regalos del cielo, me cautivaron sus líneas y tocaron profundamente las fibras de todo mi ser, incluso ver la sonrisa los ojos brillantes de Agustina mientras su tío la cantaba:

Ay, oruguitas, no se aguanten más
Hay que crecer aparte y volver
Hacia adelante seguirás
Vienen milagros, vienen crisálidas
Hay que partir y construir su propio futuro

Dos oruguitas desorientadas
En dos capullos bien abrigadas
Con sueños nuevos
Ya solo falta hacer lo necesario
En el mundo que sigue cambiando
Tumbando sus paredes
Ahí viene nuestro milagro

Ay, mariposas, no se aguanten más
Hay que crecer aparte y volver
Hacia adelante seguirás
Ya son milagros, rompiendo crisálidas
Hay que volar, hay que encontrar
Su propio futuro


Y sí amor, eso somos Agustina y yo, dos oruguitas que estuvieron desorientadas, sin embargo dos oruguitas que estuvieron en dos capullos bien abrigadas, cobijadas siempre por el amor de Dios, oruguitas que ahora tienen sueños nuevos, oruguitas que el mundo le seguirá cambiando, oruguitas que tumban sus paredes, sus crisálidas, para ver el milagro de su metamorfosis, oruguitas que se convierten en bellas mariposas, mariposas que crecen y siguen adelante, mariposas que vuelan para encontrar su propio futuro, mariposas milagros de Dios!!

Un te amo de aquí al cielo, hasta el infinito y más allá.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Ojalá las personas pudieran comprender que yo jamás te olvidaría, que tú, siempre pase lo que pase, estarás en mis pensamientos, estarás inmerso en mi vida y en cada acto que realice, pues te llevo impregnado en lo que soy, parte de la mujer que hoy soy es gracias a la Paula que maduró contigo como novia y como esposa durante casi 9 años, tengo tanto para agradecerte, tanto que construimos, son hoy las bases para yo continuar, para yo hoy seguir luchando por mis sueños, por mis anhelos, para yo hoy seguir sacando a flote a esa mujer guerrera que Dios me da la gracia de ser, así como tanto me lo repetiste en vida y como tanto me lo has repetido en sueños, incluyendo el último que fue el lunes pasado "me hace muy feliz verte feliz, me pone muy contento verte feliz, quiero seguir viéndote feliz!" , pues aquella frase que Dios nos regaló "la alegría es fuerza" no es una frase en vano o de cajón, el sabía que iba a ser en un principio mi aliciente y hoy se convertiría en...
Conforme va pasando el tiempo Jesús va sanando mi corazón, se ha valido de un sin fin de medios para ello y puedo sentir hoy como mi alma se fortalece a causa de su acción en mi vida. Hoy siento la necesidad de irme ya desprendiendo de ti de una forma muy bella, hoy siento la necesidad de decir adiós a quien fue en un pasado el amor de mi vida, hoy miro atrás con total gratitud a Dios por haberme permitido ser tu esposa, por haberme regalado un hogar maravilloso, por haberme dejado el fruto de ese nuestro amor, plasmado en nuestra Agustina, hoy miro atrás y sonrío orgullosa, pues ese pasado me hace la mujer que soy hoy. En alguna ocasión un padre amigo me decía, recuerdo que fue recién partiste "Paula usted ya no tiene esposo y eso no la puede agobiar o entristecer, la Palabra nos dice 'hasta que la muerte nos separe' y usted llevó a plenitud su matrimonio, siendo feliz y llevándolo hasta lo que Dios le envió, hasta que la muerte los separó, recuerde que en el cielo no exi...
Amor de mi vida, el tiempo pasa corre muy rápido, ya se acerca de nuevo aquel 23 de agosto en el que partiste, en el que en mi vida se hizo un antes y un después, increíble, ya casi un año de tu partida, y aunque el tiempo pase para mi sigue siendo un ayer que te vi, y entre más tiempo transcurra yo más te extraño amor mío, es inevitable pues es humano, y es que en cada día que vivo te veo presente, en la que era nuestra cotidianidad, no hay una compañía que se compare a la tuya, ni una conversación que me supla las qué teníamos juntos.  Sin embargo mi cielito, el Señor no sabe medirse en bondad, en generosidad y me dota de lo que necesito en el momento que lo necesito, no alcanzas a imaginar el regalo tan grande que ha sido la comunidad para mi 'Lazos de amor Mariano', ha representado para mi alma un salvavidas, un flotador para no ahogarme en el mar qué me rodea, el tener todos mis días ocupados, el constante estar al servicio de Jesús y de María, es una constante...