Amor de mi vida, aquí estoy hoy para orar por tu alma en el lugar donde reposa el templo qué el Espíritu Santo te dio en esta tierra. Nose si en algún momento de mi vida creeré en verdad que ya no estás más aquí, ya son casi 10 meses de tu partida y aun me parece todo tan irreal, aun pienso que tan solo no estás, que solo no te puedo ver pero que en cualquier momento aparecerás para abrazarme, para mimarme, para escuchar de nuevo tu voz, para sentir de nuevo tus labios besar los míos, para darnos un "roce en la nave" como le decías a la moto, nose si ese día llegará, de plano acepto el que no estés, pero me sigue pareciendo tan irreal, como tan ilógico que aveces mi mente divaga entre los recuerdos qué se sienten que son de ayer y que tal vez mañana pasará otro.
Yo sigo orando incesantemente, yo sigo unida como un cadillo a Jesús, construyendo día a día la nueva mujer en la que me permite transformarme. Todo sigue afuera tan normal, pero desde que te fuiste yo sigo toda tan diferente, mientras el mundo continua su rumbo, Paula cambio el suyo y es que aunque me vean tan tranquila, tan decidida, tan firme, tan valiente tal vez, tan resiliente, tan fuerte quizá, llevo con ello todo un mundo interior, toda una serie de cambios para mi alma qué me permiten continuar, como cuando a una persona le detectan una enfermedad incurable y le mandan medicamentos de por vida y un estilo de vida diferente, es eso lo que hace la oración en mi, es ese medicamento de por vida, mi cercanía a Jesús, mi lucha por la santidad es ese nuevo estilo de vida y es que con tu partida el Señor me ha hecho un llamado mucho más fuerte y ¿Cómo no responder a aquel que no me deja caer, a aquel que ha sido mi todo?
Como dice Santa Teresa:
"Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza, quien a Dios tiene nada le falta, solo Dios basta".
Claro que me sigue doliendo! Claro que te sigo extrañando! Sin embargo Dios me ha permitido aprender qué es a través de dolor donde se puede apreciar con mayor esplendor la belleza de la fe y el valor del alma, la vida misma, dolor que tal vez jamás terminará de sanar, pero bendito dolor, pues como me dijo en estos días una amiga "de la herida saca remedio la Gracia".
Gracias por llevarme a Jesús! Un te amo de aquí al cielo hasta el infinito y más allá.
Foto tomada de: https://www.instagram.com/p/CrF4aYELFcn/?igshid=MzRlODBiNWFlZA==
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