Cielito, hay ocasiones en las que soy muy Paula (impaciente, irritable, acelerada, de malgenio, malacarosa) y son momentos en los que necesito ser más como tú, más Daniel (amable, paciente, calmado, comprensivo, tolerante, sonriente). Recuerdas cuando nuestra niña entraba ya como en un llanto desesperado y desesperante y como yo la tenía todo el tiempo me agotaba más fácil y que yo te decía, "mira mi amor te la regalo!!!!!" Y podía descansar un poco, extraño eso también. Le pido al Señor amor que me dé la gracia de ser la mamá que ella necesita, de ser su paz en una tormenta como lo eras tu para mí, me enseñaste tanto mi amor, te escucho mentalmente y trato de mejorar, antes estaba bien, pues eramos complemento, ahora debo aprender a pilotear esos temas que más me cuestan pues ahora yo debo ser mi propio complemento, se que estando tu allá me das un empujoncito en lo que me falte qué tienes tu.
Sin embargo pasa el tiempo y me sigues haciendo muchísima falta y la ausencia sigue quemando mi corazón, extraño refugiarme en mi ti en un mal día, en una tristeza, en un enojo, en una impaciencia, en un temor, extraño escribirte y contarte como estoy para esperar con ansias tu abrazo en las noches y saber que me ibas a recargar, extraño tu calma en mis tormentas, extraño tu luz en mis sombras, extraño esa sonrisa tuya que me llenaba de paz en persona y no solo a través de una fotografía, te extraño mucho mi amor, y aunque me rodee mucha gente que me quiere, te extraño es a ti, extraño son tus palabras, extraño son tus cariños, extraño son tus afectos. Y aún en mi debilidad recuerdo frases que me solías decir, frases que me ayudan y retumban en mi mente como si tu hubieras sabido que ibas a faltar: "Recuerda siempre que eres la mejor madre del mundo porque van a haber momentos en los que creas lo contrario".
Pero Dios en su infinita bondad y misericordia no me dejó acabar la noche de la anterior forma, como siempre buscando la manera de llegar a mi, de traer a mi corazón la esperanza y la alegría. Llegó el momento del cenáculo de oración y solo vino Fonsi, y su presencia hoy fue como un instrumento de Dios, porque todo el rosario lo encomendó por mí y oro por nosotros, y la Virgencita me pudo ayudar a restaurar y a renovar para continuar. Y al finalizar en la lectura espiritual que siempre compartimos Jesús me habló de una forma muy clara y muy bella a través del libro El y yo, me decía: "Háblame siempre con una sonrisa feliz. Es tanto lo que me gusta verte alegre y confiada... y la manera de hablarme a Mí tiene su importancia, como la tiene entre los hombres. Yo soy uno de ellos. Esto debes recordarlo siempre, te ayudará. Créeme, hija, que pongo todo mi corazón en ayudaros; dame tu voluntad en el momento presente. Piensa que no es mucha tu tarea: dura un momento y los momentos son cortos. Pero en cada uno de ellos, has de poner todo tu corazón".
Hoy gané una batalla más. Así que, aquí estás una vez más para recordarme que "La alegría es fuerza!!".
Un te amo de aquí al cielo hasta el infinito y más allá.

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